[ES|EN] Boletim especial Tricontinental sobre a macabra manobra golpista contra a presidenta Dilma Rousseff

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No. 14/2016   5 de septiembre de 2016 – English version is available below

El Boletín especial Tricontinental que a continuación ofrecemos a nuestros lectores contiene las declaraciones políticas y artículos que abajo se listan, en los idiomas español e inglés. El mundo tiene el derecho de conocer la verdad acerca de la macabra maniobra golpista contra la Presidenta Dilma Rousseff en Brasil.

Pero, sobre todo, nuestro Boletín es portador de la más firme condena de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina (OSPAAAL) al golpe reaccionario en Brasil, y de nuestro respaldo inequívoco a Dilma, a Lula, al Partido de los Trabajadores y a todo el pueblo brasileño.

– Golpe de Estado en Brasil: Consumada la farsa, continuar la lucha / Coup in Brazil: The Farce Is Consummated, Now the Struggle Continues

– Un nuevo Golpe en Nuestra América / Another Coup in Our America

– Golpe contra la democracia en Brasil / Coup against democracy in Brazil

– Y hubo golpe en Brasil / And There Was a Coup in Brazil


Golpe de Estado en Brasil: Consumada la farsa, continuar la lucha

El 31 de agosto de 2016 quedará en la historia funesta de América Latina y el Caribe, cuando un Parlamento mayoritariamente corrupto y desprestigiado suplantó el voto de más de 54 millones de brasileñas y brasileños. El objetivo: poner a Brasil bajo la órbita geopolítica de Estados Unidos y aplicar un ajuste brutal contra el pueblo, al servicio de las grandes corporaciones.

Así es que nombre de la democracia y la lucha contra la corrupción, con la ayuda inestimable de los grandes medios privados, los políticos más corruptos y antidemocráticos han logrado destituir a la presidenta legítima Dilma Rousseff, aún sin poder probar en lo más mínimo las acusaciones de corrupción. Durante el proceso, en cambio, lo que emergió fue la brutalidad de los sectores más conservadores por imponerse nuevamente en el gobierno a cualquier precio.

Con la votación en el Senado, se materializó el golpe a la democracia brasileña. Atropellaron el resultado electoral, condenaron una mujer inocente y sacramentaron el más grave retroceso político desde el golpe militar de 1964.

Esta ruptura del orden democrático expresa los propósitos antipatrióticos y antipopulares de las élites económicas, empeñadas en privatizar las enormes reservas petroleras del pré-sal, las empresas estatales y los bancos públicos, además de vender las tierras a extranjeros, comprometiendo la producción nacional de alimentos y el control del agua. Los golpistas quieren, entre otras medidas, reducir inversiones en salud, educación y vivienda, eliminando derechos laborales, acabar con la vinculación de la jubilación básica al salario mínimo, enterrar la reforma agraria y vaciar programas sociales. Esto va de la mano de una reorientación hacia la Alianza del Pacífico, es decir, hacia los Tratados de Libre Comercio al servicio de las trasnacionales y hacia la cooperación militar con Estados Unidos.

Como hemos advertido anteriormente, se trata de un paso muy importante, por su peso geopolítico, en la ofensiva contra los avances en la integración de Nuestra América. Un proceso de integración desarrollado desde los primeros años de este siglo XXI, impulsado por las luchas de los pueblos en todo el continente, confrontando con el imperialismo en cada país y articulando esfuerzos en la construcción de la integración.

“Nuestra lucha contra el gobierno golpista y su programa para retirar conquistas será implacable. (…) Hoy la resistencia apenas comienza. En las calles y en las instituciones. En los locales de estudio, trabajo y vivienda. Antes de los que piensan los usurpadores, el pueblo brasileño será capaz de rechazar sus planes y retomar el camino de los grandes cambios”, señala un comunicado del Frente Brasil Popular, espacio de articulación que integran varias organizaciones populares que hacen parte de ALBA Movimientos en Brasil.

Desde la Articulación Continental de Movimientos hacia el ALBA, hacemos nuestras esas palabras, repudiamos este golpe y nos comprometemos a seguir construyendo, en cada país, mayores niveles de unidad, organización y movilización, con el objetivo de retomar el proyecto histórico de una Patria Grande libre, justa y soberana para los pueblos de América Latina y el Caribe.

Articulación continental de Movimientos hacia el ALBA, 31 de agosto de 2016


Un nuevo Golpe en Nuestra América

Declaración de redes y movimientos sociales que estamos convocando a la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo el próximo 4 de noviembre de 2016

Alertas ante el avance de políticas que atentan contra nuestros pueblos, nuestra soberanía, nuestra autodeterminación y la integración regional; los distintos movimientos, organizaciones y espacios que, desde nuestras diversas resistencias, nos articulamos en la “Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo”, denunciamos el golpe que acaba de concluir en Brasil, antecedido por una extensa farsa disfrazada de institucionalidad.

Afirmamos que en Brasil se llevó a cabo un golpe judicial, legislativo y mediático que expresa la dominación patriarcal en favor de las grandes empresas cuyos efectos, además de vulnerar la democracia y los derechos políticos de los brasileros y brasileras, benefician a las élites económicas internacionales y locales. El gobierno de Michel Temer y los sectores golpistas son instrumentos del capital financiero, el agronegocio, las multinacionales, principales beneficiarios de la apertura económica, las privatizaciones y la entrega de los bienes comunes.

Este proceso ya iniciado por el gobierno ilegítimo desde mayo –cuando se dio curso al impeachment– implementa el programa que fue derrotado electoralmente en octubre de 2014 por el voto de 54 millones de personas, que respaldaron a Dilma Rousseff. Sin embargo ahora es defendido por un puñado de partidos que quieren gobernar de espaldas a su pueblo. Las consecuencias de esto serán sufridas por los sectores históricamente más vulnerados, los campesinos, los trabajadores, los afrodescendientes, los pueblos indígenas, las mujeres, los niños y ancianos.

Este golpe es parte de la estrategia para fracturar los mecanismos de integración regional como la CELAC, UNASUR y el MERCOSUR –que ya ha sufrido una parálisis luego de la negativa de Argentina, Brasil y Paraguay al derecho de Venezuela a ejercer la presidencia pro tempore– como hemos denunciado hace unas semanas. Volvemos a solidarizarnos con el pueblo venezolano que sigue resistiendo contra el embate del imperialismo y las derechas del continente.

Desde noviembre de 2015 diversas articulaciones, redes, organizaciones y espacios nos hemos encontrado para conmemorar la derrota del ALCA en 2005 y analizar los desafíos venideros, desde entonces previmos este escenario de avance de la derecha articulada continentalmente y la radicalización de su agenda neoliberal en la región como parte de una estrategia mundial. No nos equivocamos en nuestro diagnostico ni tampoco en advertir la necesidad de luchar en unidad y fortalecer nuestra integración. Para actuar desde los pueblos y para los pueblos. Es por esto que reunidos en Montevideo, este 1 de septiembre de 2016, trabajando para la consolidación de la Jornada contra el Neoliberalismo y por la Democracia, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo brasileño y sus movimientos sociales, condenamos el golpe contra la presidenta Dilma Rousseff, que es un golpe contra toda Nuestra América.

Desde esta articulación de unidad y lucha de los movimientos sociales populares seguiremos en alerta contra los avances neocoloniales que atentan contra la integración y los derechos de los pueblos. En ese sentido, invitamos a los demás movimientos y organizaciones populares a sumarse en la construcción de una gran Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo el próximo 4 de noviembre de 2016.

¡Ni un paso atrás!

¡Los pueblos seguimos en lucha por nuestra integración, autodeterminación y soberanía, contra el libre comercio y las transnacionales!

Montevideo, Septiembre 1ro. de 2016


Golpe contra la democracia en Brasil

Declaración del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos

El 31 de Agosto de 2016 quedará marcado como el día de la vergüenza contra la Constitución de la República de Brasil, donde se burló de manera fraudulenta la voluntad soberana de 54 millones de brasileños que refrendaron con su voto, hace a sólo 2 años, la reelección de la legítima Presidenta Dilma Rousseff.

El ataque brutal al gobierno de Dilma es un ataque directo a la democracia de Brasil y a la estabilidad y unidad de la región. Sigue el guión de los “golpes blandos” puesto en práctica en Honduras y Paraguay y pretende llevarse a cabo en Ecuador, Bolivia y Venezuela.

La estrategia de reposicionamiento actual del imperialismo contra los gobiernos progresistas de la región no necesita recurrir a las desgastadas dictaduras militares. Se arranca del poder a los legítimos representantes del pueblo, utilizando la complicidad de jueces, políticos y parlamentarios traidores, bajo argumentos que carecen de validez jurídica y constitucional alguna, maquiavélicamente dimensionados a través de los grandes medios de comunicación.

Este es el golpe también de O´Globo y los grandes conglomerados de la información que no cesaron de atacar con alevosía a Dilma, Lula y el Partido de los Trabajadores por el crimen de haber sacado de la pobreza a 35 millones de brasileños. El crimen de haber posicionado a Brasil, con su enorme potencial económico y los más grandes recursos naturales de América Latina, al servicio de los que siempre fueron excluidos y de una estrategia exterior que privilegió alianzas como la de los BRICS.

Desde el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, llamamos a repudiar con todas nuestras fuerzas este golpe de Estado, bajo la fachada de “parlamentario” orquestado por la oligarquía brasileña y el imperialismo, y a expresar nuestra absoluta solidaridad con la Presidenta Dilma Rousseff.

Pedimos a nuestros gobiernos y parlamentos de América Latina y El Caribe, al MERCOSUR, UNASUR y la CELAC el más absoluto rechazo al golpe, tal como lo han expresado los gobiernos revolucionarios de Cuba, Venezuela y el ALBA.

Lucharemos sin descanso por el retorno de Dilma Rousseff al poder.

No reconoceremos jamás al gobierno golpista y usurpador de Michel Temer.

Toda nuestra solidaridad con el pueblo brasileño, con los trabajadores, con los Sin Tierra y los sin techo, los Movimientos Sociales y el PT.

Fuerza Presidenta Dilma! Los pueblos están contigo!

No Pasarán!


Y hubo golpe en Brasil

Por Emir Sader (*)

ALAI AMLATINA, 31/08/2016.- El sueño de la derecha brasileña, desde 2002, se ha realizado. No bajo las formas anteriores que ha intentado. No cuando intentó tumbar a Lula en 2005, con un impeachment que no prosperó. No con los intentos electorales, en 2006, 2010, 2014, cuando fue derrotada. Ahora encontraron el atajo, para interrumpir los gobiernos del PT, aún más cuando seguirían perdiendo elecciones con Lula como próximo candidato.

Fue mediante un golpe blanco, para el cual los golpes de Honduras y Paraguay han servido como laboratorios. Derrotada en 4 elecciones sucesivas, y con el riesgo enorme de seguir siéndolo, la derecha buscó el atajo de un impeachment sin ningún fundamento, contando con la traición del vicepresidente, elegido dos veces con un programa, pero dispuesto a aplicar el programa derrotado 4 veces en las urnas.

Valiéndose de la mayoría parlamentaria elegida, en gran medida, con los recursos financieros recaudados por Eduardo Cunha, el unánimemente reconocido como el más corrupto entre todos los corruptos de la política brasileña, la derecha tumbó a una presidenta reelegida por 54 millones de brasileños, sin que se configurara ninguna razón para el impeachment.

Es la nueva forma que el golpe de la derecha asume en América Latina.

Es cierto que la democracia no tiene una larga tradición en Brasil. En las últimas nueve décadas, hubo solamente tres presidentes civiles, elegidos por el voto popular, que han concluido sus mandatos. A lo largo de casi tres décadas no hubo presidentes escogidos en elecciones democráticas. Cuatro presidentes civiles elegidos por voto popular no concluyeron sus mandatos.

No queda claro si la democracia o la dictadura son paréntesis en Brasil. Desde 1930, lo que es considerado el Brasil contemporáneo, con la revolución de Vargas, hubo prácticamente la mitad del tiempo con presidentes elegidos por el voto popular y la otra mitad, no. Más recientemente,  Brasil tuvo 21 años de dictadura militar, más 5 años de gobierno de José Sarney no elegido por el voto directo, sino por un Colegio Electoral nombrado por la dictadura – esto es, 26 años seguidos sin presidente elegido democráticamente – seguidos por 26 años de elecciones presidenciales.

Pero en este siglo, Brasil estaba viviendo una democracia con contenido social, aprobada por la mayoría de la población en cuatro elecciones sucesivas. Justamente cuando la democracia empezó a ganar consistencia social, la derecha demostró que no la puede soportar.

Fue lo que pasó con el golpe blanco o institucional o parlamentario, pero golpe al fin y al cabo. En primer lugar porque no se ha configurado ninguna razón para terminar con el mandato de Dilma. En segundo, porque el vicepresidente, todavía como interino, empezó a poner en práctica no el programa con el cual había sido  elegido como vicepresidente, sino el programa derrotado 4 veces, 2 de ellas teniéndole a él como candidato a vicepresidente.

Es un verdadero asalto al poder por el bando de políticos corruptos más descalificados que Brasil ya ha conocido. Políticos derrotados sucesivamente, se vuelven ministros, presidente de la Cámara de Diputados, lo cual no sería posible por el voto popular, solo por un golpe.

¿Qué es lo que espera a Brasil ahora?

En primer lugar, una inmensa crisis social. La economía, que ya venía en recesión hace por lo menos tres años, sufrirá los efectos durísimos del peor ajuste fiscal que el país ha conocido. El fantasma de la estanflación se vuelve realidad. Un gobierno sin legitimidad popular, aplicando un duro ajuste en una economía en recesión, va a producir la más grande crisis económica, social y política que el país ha conocido. El golpe no es el final de la crisis, sino su profundización.

Es una derrota, la conclusión del período político abierto con la primera victoria de Lula en 2002. Pero, aun recuperando el Estado y la iniciativa que ello le propicia, la derecha brasileña tiene muy poca fuerza para consolidar su gobierno.

Se enfrenta no solo a la crisis económica y social, sino también a un movimiento popular revigorizado y al liderazgo de Lula. Brasil se vuelve un escenario de grandes disputas de masas y políticas. El gobierno golpista intentará llegar al 2018 con el país deshecho, buscando impedir que Lula sea candidato y con mucha represión en contra de las movilizaciones populares. El movimiento popular tiene que reformular su estrategia y su plataforma, desarrollar formas de movilización amplias y combativas, para que el gobierno golpista sea un paréntesis más en la historia del país.

(*) Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ)


Coup in Brazil: The Farce Is Consummated, Now the Struggle Continues

August 31, 2016 will be written in the dark pages of Latin American and Caribbean history as day in which a corrupt and delegitimized Parliament bypassed the vote of more than 54 thousand Brazilian men and women. The aim: putting Brazil under the geopolitical control of the United States and applying a brutal adjustment against the people, at the service of large corporations.

In the name of democracy and an alleged fight against corruption, with a little help from the private mass media, the most corrupt and anti-democratic politicians have managed to overthrow legitimately-elected President Dilma Rousseff, even without being able to prove the corruption accusations that weigh on her. However, during the process, we have seen the brutality that the most conservative sectors are capable of in order to take over power once again.

With the voting in the Senate the coup against the Brazilian democracy was materialized. They destroyed the electoral result, condemning an innocent woman and crowning the greatest political setback since the military coup in 1964.

This rupture of the constitutional order expresses the unpatriotic and unpopular aims of the economic elites, engaged in privatizing Pre-salt fields, state companies, and public Banks, apart from selling the lands to foreign capital, putting at risk the national production of food and water control. Coupist leaders want, among other things, to reduce the investments in health, education and housing, eliminating labour rights, ending with the relation between basic pensions to minimum wage, burying the agrarian reform and emptying social programs.

This goes hand in hand with the reactivation of the process towards the creation of the Pacific Alliance, that is to say, towards Free Trade Agreements at the service of transnationals and military cooperation with the United States.

As we have warned in the past, this was a very important step due to its geopolitical weight in the offensive against the development of the integration between the countries of Our America. This process of integration has dawned with the beginning of the XXI century, promoting the struggles of the peoples all over the continent, fighting against imperialism in every country and coordinating efforts to create stronger bonds between nations and peoples.

“Our struggle against the coup and their plan to strip us from our conquests will be ruthless (…) Today, the resistance is merely beginning. On the streets and inside institutions. In education centers, workplaces and households. Sooner than the usurpers think, the Brazilian people will be able to reject their plans and retake the road of great changes”, pointed out the communiqué of Brazil’s Popular Front, a space for coordination that is made up of several organizations that are also part of ALBA Movimientos in Brazil.

From the Continental Articulation of Movements towards ALBA, we echo these words; we reject the Coup and commit to continue building, in every country, more unity, organization and mobilization, with the aim of retaking the historical process of a Great Homeland, a Patria Grande, which is free, just and sovereign for the people of Latin America and the Caribbean.

Statement from the Continental Articulation of Movements towards the ALBA


Another Coup in Our America

Statement of networks and social movements calling to the Continental Journey for Democracy and against Neoliberalism next November 4, 2016

Aware  of the policies that attempt against our peoples, our sovereignty, our self-determination and regional integration, we, the movements, organizations and spaces with diverse forms of resistance join together in the “Continental Journey for Democracy and against Neoliberalism”, denounce the coup that has just concluded in Brazil, preceded by an extensive farce disguised as institutionalism.

We state that a judicial, legislative and media coup took place in Brazil showing the patriarchal domination of the large enterprises, the effects of which, in addition to violating democracy and the political rights of Brazilians, benefit the international and local economic elites. The government of Michel Temer and the putsches’ sectors are instruments of the financial capital, the agricultural businesses, and the multinationals, main beneficiaries of the economic opening, privatizations and handing over of common property.

This procedure already initiated by the illegitimate government in May, when the impeachment process was opened, implements the program defeated in the October 2014 elections by the votes of 54 million people who supported Dilma Rousseff. Now, however, it is defended by a handful of parties that want to rule giving their backs to the people. The consequences of this situation will be suffered by the historically most vulnerable sectors: peasants, workers, African descendants, indigenous peoples, women, children and old age people.

This coup is part of the strategy to break the regional integration mechanisms such as CELAC, UNASUR and MERCOSUR – the latter having received a blow with the refusal from Argentina, Brazil and Paraguay to recognize Venezuela’s right to take over the temporary presidency – as we denounced a few weeks ago. Again we take sides in solidarity with the Venezuelan people, who continue to resist the attacks of imperialism and rightist forces in the continent.

From November 2015 to date, different movements, networks, organizations and spaces have been meeting to celebrate the defeat of ALCA in 2005 and analyze the upcoming challenges. Already then we foresaw this advance of the right, articulated in the continent, and the radicalization of its neoliberal platform in the region as part of a world strategy. We were not mistaken in our diagnosis or in warning on the need to struggle in unity and strengthen our integration. To act from the peoples and for the peoples. That is why, having come together in Montevideo this 1st day of September of 2016 to consolidate the Journey against Neoliberalism and in favor of Democracy, we express our solidarity with the Brazilian people and their social movements, and condemn the coup against President Dilma Rousseff, which is aimed at our entire America.

From this articulation of unity and struggle of the popular social movements, we will remain alert against the neocolonial advances against integration and the rights of the peoples. In this regard we invite the remaining movements and popular organizations to join in the construction of a great Continental Journey for Democracy and against Neoliberalism next November 4, 2016.

Not One Step Backwards!

We, the people, continue to struggle for our integration, self-determination and sovereignty, against free trade and multinationals!

Montevideo, September 1, 2016


Coup against democracy in Brazil

Communiqué of the International Committee for Peace, Justice and Dignity for the Peoples

August 31, 2016 will remain as the day of shame against the Constitution of the Republic of Brazil, with the fraudulent  violation of the will of 54 million Brazilians who confirmed with their vote only two years ago the reelection of the legitimate President Dilma Rousseff.

The brutal attack to Dilma’s government is a direct attack to democracy in Brazil and to the stability and unity of the region. It is a continuation of the “soft coups” carried out in Honduras and Paraguay, and the intention exists to repeat them in Ecuador, Bolivia and Venezuela.

In its current strategy of overthrowing the progressive governments in the region, imperialism has no need of appealing to the worn-out military dictatorships. Power is snatched away from the people’s legitimate representatives with the complicity of traitorous judges, politicians and MPs, by means of arguments lacking any juridical or constitutional validity, disseminated by the large media in a Machiavelian way.

This is also the coup of O’Globo and the large information consortia which did not cease in their treacherous attacks against Dilma, Lula and the Workers’ Party for the crime of having eradicated poverty for 35 million Brazilians. The crime of having positioned Brazil, with its huge economic potential and largest natural resources in Latin America, at the service of those who were always excluded and of a foreign strategy that favored alliances like BRICS.

Our call from the International Committee for Peace, Justice and Dignity for the Peoples is to reject with all our forces this coup d’état disguised as “parliamentary”, perpetrated by the Brazilian oligarchy and the imperialism, and to convey our total solidarity with President Dilma Rousseff.

We ask our governments and parliaments in Latin America and the Caribbean, MERCOSUR, UNASUR and CELAC for their full rejection to the coup, as expressed by the revolutionary governments of Cuba, Venezuela and ALBA.

We will fight unceasingly for the legitimate return of Dilma Rousseff to power.

We will never recognize the putsches´ and usurping government of Michel Temer.

Our total solidarity to the Brazilian people, to the workers, to the landless and homeless, to social movements and the Workers’ Party!

Courage, President Dilma! The peoples are at your side!

They will not get away with it!


And There Was a Coup in Brazil

By Emir Sader (*)

ALAI AMLATINA, 31/08/2016.- The dream of the Brazilian rightist forces since 2002 has become true. Not in the same ways it had attempted before. Not when it attempted to overthrow Lula in 2005 with an impeachment that did not work out. Not with the electoral attempts of 2006, 2010, 2014, when it was defeated. Now they found the short cut to interrupt PT (Workers’ Party by its Spanish acronym) governments, even more when they would continue losing elections, with Lula as next candidate.

It was by means of a soft coup, for which those of Honduras and Paraguay have served as laboratories. Defeated in four successive elections and with the enormous risk of losing them in the future, the right appealed to the short cut of an impeachment without any grounds, counting with the treason of the vice president, elected twice with a program but willing to implement the program defeated four times in the ballot boxes.

Availing himself of the parliamentary majority elected to a great extent with the financial resources collected by Eduardo Cunha – unanimously acknowledged as the most corrupt of all corrupts in Brazilian politics – the right overthrew a president reelected by 54 million Brazilians without being capable of presenting any evidence to justify impeachment.

It is the new form adopted by the rightist coup in Latin America.

Democracy does not have indeed a long tradition in Brazil. In the last nine decades there were only three civilian presidents elected by popular vote who completed their terms in office. Along almost three decades there were no presidents chosen in democratic elections. Four civilian presidents elected by popular vote did not conclude their mandates.

It is not clear whether democracy or dictatorship is an intermission in Brazil. Since 1930, regarded as the contemporary Brazil with Vargas’ revolution, practically half of the time the presidents were elected by popular vote and the other half were not. More recently, Brazil had twenty-one years of military dictatorship, plus five years of government by José Sarney, elected not by direct vote but by an Electoral Board appointed by the dictatorship – that is, twenty-six consecutive years without a democratically elected president – followed by twenty-six years of presidential elections.

But in this century Brazil was enjoying a democracy with social content, approved by the majority of the population, in four successive elections. Precisely when democracy began to gain social consistency the right evidenced that it cannot stand it.

That was what happened with the soft, or institutional, or parliamentary coup, but in the end, a coup. It was a coup, in the first place, because no reason has been produced to end Dilma’s mandate. In the second place, because the vicepresident, still an acting one, began to implement, not the program that had elected him vice president, but the program that had been defeated four times, two of them with him as candidate to the vicepresidency.

It is a true assault on power by the most unqualified group of corrupt politicians Brazil has ever known. Politicians who have been successively defeated become ministers, president of the Chamber of Representatives, which would not be possible through popular vote, only through a coup.

What will happen to Brazil now?

In the first place, a huge social crisis. The economy, which had already been in recession for at least three years, will endure the very hard effects of the worst fiscal adjustment the country has ever known. The ghost of stagflation becomes a reality. A government without popular legitimacy, implementing a hard adjustment in an economy in recession, is going to produce the greatest economic, social and political crisis the country has ever known. The coup is not the end of the crisis but its strengthening.

It is a defeat, the end of the political period opened with Lula’s first victory in 2002. But, even recovering the State and the initiative it provides, the Brazilian right has very little force to consolidate its government.

It faces not only the economic and social crisis, but also a revitalized popular movement and Lula’s leadership. Brazil becomes a stage of great mass and political disputes. The putsches’ government will try to reach 2018 with a devastated country, trying to prevent Lula from being a candidate and with a lot of repression against popular mobilizations. The popular movement has to reformulate its strategy and platform, develop wide and combative forms of mobilization, so that the putsches’ government will be another intermission in the country’s history.

(*) Emir Sader, Brazilian sociologist and political scientist, is the Coordinator of the Laboratory of Public Policies at the University of the State of Rio de Janeiro (UERJ, the Spanish acronym).

PT Cast