Carta en Defensa de la Democracia | Letter in Defense of Democracy
Lee el manifiesto en defensa de la democracia por el Presidente Lula | Read the manifest in defense of democracy by president Lula
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Sigue texto íntegro del manifiesto divulgado hoy por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, documento leído por la presidenta nacional del PT, senadora Gleisi Hoffmann
Mis amigos y mis amigas,
Llegó la hora de que todos los demócratas comprometidos con la defensa del Estado Democrático de Derecho repudien las maniobras de las que estoy siendo víctima, de modo que prevalezca la Constitución y no los artificios de aquéllos que la irrespetan por miedo de las noticias de la Televisión.
La única cosa que quiero es que el equipo de la Lava Jato, integrada por la Policía Federal, por el Ministerio Público, por Moro y por el TRF-4, muestren a la sociedad una única prueba material de que cometí algún crimen. No basta la palabra de delator ni convicción de power point. Si hubiese imparcialidad y seriedad en mi juicio, el proceso no necesitaría tener millares de páginas, pues era solo mostrar un documento que probase que soy el propietario del tal inmóvil en Guarujá.
Con base en una mentira publicada por el diario Globo, atribuyéndome la propiedad de un apartamento en Guarujá, la Policía Federal, reproduciendo la mentira, dio inicio a un expediente; el Ministerio Público, acogiendo la misma mentira, hizo la acusación y, finalmente, siempre con fundamento en el embuste nunca probado, el Juez Moro me condenó. El TRF-4, siguiendo el mismo enredo iniciado con la mentira, confirmó la condena.
Todo eso me lleva a creer que ya no hay razones para creer que tendré Justicia, pues lo que veo ahora, en el comportamiento público de algunos ministros de la Suprema Corte, es la mera reproducción de lo que pasó en la primera y en la segunda instancias.
Primero, el Ministro Fachin retiró de la Segunda Sección del Supremo Tribunal Federal el juicio del habeas corpus que podría impedir mi prisión y lo remitió para el Plenario. Tal maniobra evitó que la Segunda Sección, cuyo posicionamiento mayoritario contra la prisión antes del tránsito en juzgado ya era de conocimiento de todos, concediese el habeas corpus. Eso quedó demostrado en el juicio del Plenario, en que cuatro de cinco ministros de la Segunda Sección votaron por la concesión del orden.
Enseguida, en la medida cautelar en que mi defensa postuló el efecto suspensivo al recurso extraordinario, para dejarme en libertad, el mismo Ministro resolvió llevar el proceso directamente a la Segunda Sección, siendo el juicio pautado para el día 26 de junio. La cuestión puesta en esta cautelar nunca fue apreciada por el Plenario o por la Sección, pues lo que en ella se discute es si las razones de mi recurso son capaces de justificar la suspensión de los efectos del acuerdo del TRF-4, para que yo responda al proceso en libertad.
Sin embargo, en el apagar de las luces del viernes, el 22 de junio, pocos minutos después de haber sido publicada la decisión del TRF-4 que negó seguimiento a mi recurso (lo que ocurrió a las 19h05m), como si estuviese armada una emboscada, la medida cautelar fue dada por perjudicada y el proceso extinto, artificio que, una vez más, evitó que mi caso fuese juzgado por el órgano judicial competente (decisión divulgada a las 19h40m).
Mi defensa recurrió la decisión del TRF-4 y también la decisión que extinguió el proceso de la cautelar. Sin embargo, sorprendentemente, una vez más el relator remitió el juicio de este recurso directamente al Plenario. Con esta maniobra, fue substraída, otra vez, la capacidad natural del órgano al que cabía el juicio de mi caso. Como quedó demostrado en la sesión del día 26 de junio, en la que mi cautelar sería juzgada, la Segunda Sección tiene el firme entendimiento de que es posible la concesión de efecto suspensivo a recurso extraordinario interpuesto en situación semejante a la mía. Las maniobras alcanzaron su objetivo: mi pedido de libertad no fue juzgado.
Cabe preguntar: por qué el relator, en un primer momento, ¿remitió el juicio de la cautelar directamente para la Segunda Sección y, luego a continuación, envió para el Plenario el juicio del prejuicio regimental, que por la ley debe ser apreciado por el mismo colegiado competente para juzgar el recurso?
Las decisiones monocráticas han sido usadas para la elección del colegiado que momentáneamente parece ser más conveniente, como si hubiese algún compromiso con el resultado del juicio. Son concebidas como estrategia procesal y no como instrumento de Justicia. Tal comportamiento, además de privarme de la garantía de un Juez natural, es concebible solamente para acusantes y defensores, pero totalmente inapropiado para un magistrado, cuya función exige imparcialidad y distanciamiento de la arena política.
No estoy pidiendo favor; estoy exigiendo respeto.
A lo largo de mi vida, y ya cuento 72 años, creí que más temprano o más tarde siempre prevalece la Justicia para personas víctimas de la irresponsabilidad de falsas acusaciones. Con mayor razón en mi caso, en que las falsas acusaciones son corroboradas apenas por delatores que confesaron haber robado, que están condenados a decenas de años de prisión y que por la búsqueda desesperada del beneficio de las delaciones logran la libertad, la posesión y conservación de parte del dinero robado. Personas que serían capaces de acusar la propia madre para lograr beneficios.
Es dramática y cruel la duda entre continuar creyendo que pueda haber Justicia y la negación de participar de una farsa.
Si no quieren que yo sea Presidente, la forma más simple de conseguirlo es tener el coraje de practicar la democracia y derrotarme en las urnas.
No cometí ningún crimen. Repito: no cometí ningún crimen. Por eso, hasta que presenten por lo menos una prueba material que macule mi inocencia, soy candidato a Presidente de la República. Desafío a mis acusadores a presentar esta prueba hasta el día 15 de agosto de este año, cuando mi candidatura será registrada en la Justicia Electoral.
Curitiba, 3 de julio de 2018
Below, a manifest in defense of democracy released today by the former president of Brazil Luiz Inácio Lula da Silva. He says some STF ministers manipulate and reproduce Moro and TRF-4’s farce against him, challenges them to prove that he committed a crime, reaffirms his candidacy for the Presidency of the Republic and demands respect for the Constitution.
Letter in Defense of Democracy
Dear Friends,
The time has come for all the democrats who are committed to defense of the Democratic Rule of Law to reject the maneuvers that have victimized me, so that the Constitution can prevail over this trickery that made by people who disrespect it out of their fear of the television news.
The only thing I want is for the Lava Jato Task Force, made up of the Federal Police, the Public Prosecutors Office, Judge Sergio Moro and the Fourth Regional Federal Court (TRF-4), to show society one single piece of material evidence proving that I committed any crime. The words of a plea bargain testimony are not enough, nor are the convictions of a power point presentation. If my judgment were based on impartiality and gravitas, it would not have needed to be thousands of pages long, because all they had to do was show one document that proved that I was the owner of a property in Guaruja.
O Globo newspaper published a lie that attributed the ownership of an apartment in Guarujá to me. The Federal Police reproduced this lie and started an investigation. The Public Prosecutors, receiving this same lie, made an accusation and, finally, always on the basis of this lie which was never proven, Judge Moro condemned me. The 4th Regional Federal Court, following the same script that began with a lie, confirmed the conviction.
All of this leads me to think that there is no reason to believe that there will be justice. What I see now in the public behavior of some of the Supreme Court Ministers is the mere reproduction of what passed through the first and second appeals processes.
First of all, Minister Fachin removed the judgment of the habeas corpus that could have impeded my imprisonment from the Second Group of the Federal Supreme Court and passed it to the Plenary. This maneuver prevented the Second Group, who’s majority opinion against imprisonment before the end of appeals processes is known by all, from issuing the habeas corpus. This was shown during the Plenary session in which 4 of the 5 Second Group Ministers voted in favor of granting the order.
Afterwords, when my defense team postulated on the suspension effect of an extraordinary appeal to grant my freedom through a preliminary injunction, the same Minister decided to bring the process directly to the Second Group, with judgment scheduled for June 26. The question posed in this preliminary injunction was never appreciated by the Plenary or by the Second Group, because it discusses whether arguments in my appeal are capable of justifying suspension of TRF-4 decision so that I can respond to the accusations in freedom.
However, they turned off the office lights on Friday, June 22, a few minutes before the TRF-4 decision was published denying the sequence of my appeal (which happened at 7:05 PM) as if they had set up an ambush. The injunction was denied and the process extinguished in a trick that, once again, prevented my case from being tried by the competent judicial body (in a decision released at 7:40 PM).
My defense appealed against the TRF-4’s decision and also against the decision that extinguished the process of the preliminary injunction. However, surprisingly, once again the rapporteur referred judgment on this appeal directly to the Supreme Court Plenary.
With this maneuver, the natural competence of the organ that is supposed to judge of my case was removed again. As was demonstrated in the June 26 session during which ruling on my preliminary injunction was supposed take place, the Supreme Court Second Group has the clear understanding of the possibility of granting a suspension effect based on extraordinary appeals similar to mine. But the maneuvers worked and my request for freedom was not ruled on.
One has to ask: Why did the rapporteur first refer judgment on the injunction directly to the Supreme Court Second Group and, immediately afterwords, send the appeal against court regulations to the Plenary when, according to law, it should be analyzed by the same competent body that judges the injunction?
Tyrannical decisions were made to choose whatever collegiate momentarily seemed more convenient, as if there were some commitment to the result of the judgment. They were made through a procedural strategy and not as an instrument of justice. This behavior, in addition to denying my guarantee of natural justice, would be understandable for prosecutors or defense teams but is totally inappropriate for a magistrate whose function requires impartiality and detachment from the political arena.
I am not asking for a favor, I am demanding respect.
During my whole life, and I am 72, I believed and preached that sooner or later Justice would always prevail for people who are victims of irresponsibility or false accusations. Even more so in my case, in which the false accusations against me are only confirmed by plea bargain informants who have confessed to stealing, who are condemned to dozens of years in prison and desperately try to make pleas that are good enough to obtain their freedom and conserve part of their stolen money. These are people who would be capable of accusing their own mothers to obtain benefits.
I am beginning to have dramatic and cruel doubts over continuing to believe that Justice can be served and refusing to participate in a farce.
If they do not want me to be President, the most simple way to do it is to mount the courage to practice democracy and beat me at the polls.
I haven’t committed any crime. I repeat: I have not committed any crime. For this reason, until they show at least one piece of material evidence that blemishes my innocence, I am a candidate for President of the Republic. I challenge my accusers to present this proof before August 15th of this year, when my candidacy will be registered in the Electoral Courts.
Curitiba, July 3rd, 2018
Luiz Inácio Lula da Silva