Discurso de apertura del XXIV Encuentro del Foro de São Paulo, Julio de 2018, La Habana, Cuba

Monica Valente es secretaria de Relaciones Internacionales del PT y secretaria ejecutiva del Foro de São Paulo | Disponible en español y portugués

¡Buenos días, compañeros y compañeras!

Con mucha emoción por estar en este púlpito, saludo y agradezco por la realización de este Encuentro en la ciudad de La Habana, el compañero José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Partido Comunista de Cuba y ex Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba y el compañero José Ramón Balaguer, Secretario Internacional del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Saludo también y agradezco por la presencia el compañero Ralph Gonsalves, Primer Ministro de San Vicente y Granadina; el querido compañero Oscar Lopez Rivera, incansable luchador por la independencia de Puerto Rico, en la persona de quien saludo a todos los demás presentes en esa mesa de apertura.

En primer lugar, quiero agradecer profundamente los esfuerzos y el compromiso de los compañeros del Departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba por la realización de este XXVI Encuentro aquí en La Habana, Cuba.

Considero bastante emblemática la realización de este Encuentro aquí en Cuba. Cuando Fidel y Lula, en 1990, lanzaron la idea de constituir una articulación de partidos políticos de izquierda y progresistas, ante la caída del Muro de Berlín y el derrocamiento de la Unión Soviética, en plena vigencia del ideario del Consenso de Washington, parecía que todos nuestros sueños se habían destruido.

La idea visionaria de estos dos líderes de construir una plataforma política antiimperialista y anti-neoliberal, con alto grado de consenso y de unidad, parecía una utopía que jamás podríamos alcanzar como movimientos políticos de izquierda y progresistas, teniendo en vista el futuro de la humanidad.

Quiero aquí hacer un paréntesis, un homenaje a un hombre que nació brasileno pero se convirtió en un hombe con alma profundamente latinoamericana que ha dedicado una parte importante de su vida a la construcción del Foro de São Paulo, MARCO AURÉLIO GARCIA, que hemos perdido hace cerca de un año al final del Encuentro de Managua. A él dedico mis homenajes en esta apertura. Marco Aurélio, ¡PRESENTE!

Como decía, en aquellos tiempos, esas ideas visionarias de esos dos líderes, Fidel y Lula, parecían utopía. Sin embargo, a lo largo de los años, la idea de una América Latina y Caribe soberana, integrada, con desarrollo económico y social para todos y todas, se mostró posible y verdadera.

Desde Chávez, en 1998, empezamos a construir una alternativa concreta y real de un nuevo presente y de un auspicioso futuro: una América Latina y el Caribe emancipada y autónoma, un nuevo polo geopolítico mundial guiado por los ideales de la igualdad, la soberanía, el desarrollo anti-neoliberal y anti-imperialista. Así, fortalecemos el Mercosur, creamos a UNASUR con su importante Consejo de Defensa, el Alba, el Petrocaribe, y finalmente la CELAC, con su proclamación de una América Latina y el Caribe como zona de paz.

Hoy, así como en los años 90, vivimos de nuevo bajo los efectos de una brutal ofensiva multifacetada imperialista y neoliberal, con guerras económicas, intentos de desestabilización, golpes judiciales y parlamentarios, guerra mediática y violencia.

Es claro que se puede decir que mucho de lo que estamos viviendo se debe a nuestros propios errores e incomprensiones.

Sin embargo, es indiscutible que hay una reacción del capitalismo mundial en su forma más salvaje frente a nuestras conquistas y logros, con alto grado de concentración de capital de las transnacionales, bajo la hegemonía del capital financiero internacional rentista, incluso como un intento de la crisis mundial del capitalismo que desde 2008 se arrastra sin que se vislumbre su solución a corto o mediano plazo.

Así, nuestra región, con nuestras riquezas naturales, nuestro agua, nuestro petróleo, nuestros recursos minerales, nuestros casi 500 millones de habitantes se constituyen en objeto de la sanha imperialista del capital transnacional y rentista. Sanha que tiene como su núcleo hegemónico el gobierno estadounidense aliado a las oligarquías nacionales de nuestros países.

Por medio de múltiples instrumentos, nos intentan destruir: con violencia, guerras económicas y golpes. Pero como decía José Martí, en una cita que abre el documento base de este XXIV Encuentro, “en política, resistir vale tanto como arremeter”.

Hace un año, cuando estábamos en el Encuentro del Foro en Managua, Venezuela preparaba las elecciones para la Asamblea Constituyente bajo fuerte ataque. No sólo la eligió, colocando al pueblo en el protagonismo del proceso, como también el Presidente Maduro conquistó una vez más la presidencia de la república con una rotunda victoria en las elecciones de este año, con el pueblo venezolano renovando su confianza militante en la Revolución Bolivariana.

Nuestra presidenta Dilma, nuestra legítima presidenta de la república de Brasil, fue arrancada del gobierno bajo acusaciones mentirosas y falsas, y hoy es reconocida como una mujer honesta y comprometida con su pueblo que sufrió un golpe perpetrado por parlamentarios corruptos y anti-pueblo. No es casualidad que el gobierno golpista de Temer tiene el menor índice de aprobación de la historia brasileña, con menos del 5% de aprobación. Nuestro querido presidente Lula, que, siendo inocente, se encuentra encarcelado por un proceso judicial sin crímenes y sin pruebas, sólo para intentar impedirle de postularse y convertirse de nuevo en nuestro presidente de Brasil. Encarcelado hace cien días, y sigue con los más altos índices de intenciones de votos en las encuestas de opinión.

El pueblo argentino sigue firme luchando en movilizaciones y marchas multitudinarias contra el gobierno neoliberal de Macri. Yo podría seguir con muchos otros ejemplos de lucha de resistencia, como la lucha en El Salvador contra los intentos de golpe contra el gobierno del presidente Salvador Sanchez Cerén liderada por el FMLN, la resistencia a los intentos de desestabilización de Nicaragua liderada por el FSLN, las masivas protestas del pueblo de Honduras al fraude electoral de las últimas elecciones, así como en Paraguay.

Pero en nuestra región no existen sólo ejemplos de luchas de resistencia, hay victorias expresivas que nos llenan de alegría y de esperanza, como la victoria de Andrés Manoel Lopez Obrador en México, con una plataforma claramente anti-neoliberal y contra la corrupción de las oligarquías en aquel país. Así como en Colombia, con los mejores y prometedores resultados electorales de la izquierda progresista en aquel país. Como no hablar de la estupenda Revolución Cubana, donde una pequeña isla a 90 millas del gigante imperialista sigue construyendo una sociedad justa e igualitaria, bajo el más criminal bloqueo económico promovido por el imperialismo hace casi 60 años.

También en Bolivia, con nuestro hermano el Presidente Evo Morales que conduce un país que crece en promedio al 5% al año hace más de 8 años, distribuyendo renta y garantizando derechos a su pueblo. El Frente Amplio en Uruguay, que desde hace más de 10 años construye una sociedad de inclusión social, soberana y libertaria.

No, no se trata de ignorar nuestros problemas, menospreciar nuestras dificultades, los desafíos que seguimos enfrentando y los ataques que sufrimos. Se trata de reconocer que tenemos todas las condiciones de resistir y de avanzar.

Para ello, creo que el XXIV Encuentro del Foro tiene una importancia trascendental. Tengo la osadía de repetir un comentario del comandante Balagher, en un encuentro de unos días atrás: este XXIV Encuentro puede tener la misma importancia histórica de los encuentros que hicimos en los años 90 cuando la caída del Muro de Berlín.

Guiados por el más profundo compromiso con la construcción de nuestra unidad, por el más profundo compromiso con la lucha antiimperialista y anti-neoliberal, guiados por las fuertes y consistentes ideas del Consenso de Nuestra América, consolidado en Managua el año pasado, y bajo el más profundo enlace con el pueblo y los movimientos sociales y populares, tengo la convicción de que VENCEREMOS!

¡Hasta la victoria, siempre!
¡Viva Fidel!
Lula Livre!


Discurso de Monica Valente na abertura do XXIV Encontro do Foro de São Paulo, julho de 2018, La Habana, Cuba

Monica Valente é secretária de Relações Internacionais do PT e secretária executiva do Foro de São Paulo

Bom dia, companheiros e companheiras!

Com muita emoção por estar neste púlpito, cumprimento e agradeço pela realização deste Encontro na cidade de Havana, o companheiro José Ramon Machado Ventura, segundo secretário do Partido Comunista de Cuba e ex Vice-Presidente do Conselho de Estado e de Ministros de Cuba e o companheiro José Ramon Balaguer, Secretário Internacional do Comitê Central do Partido Comunista de Cuba. Cumprimento também e agradeço pela presença o companheiro Ralph Gonsalves, Primeiro Ministro de São Vicente e Granadina; o querido companheiro Oscar Lopez Rivera, incansável lutador pela independência de Porto Rico, na pessoa de quem cumprimento todos os outros presentes nessa mesa de abertura.

Em primeiro lugar, quero agradecer profundamente pelos esforços e empenho dos companheiros do Departamento de Relações Internacionais do Partido Comunista de Cuba pela realização deste XXVI Encontro aqui em Havana, Cuba.

Considero bastante emblemática a realização deste Encontro aqui em Cuba. Quando Fidel e Lula, em 1990, lançaram a ideia de constituir uma articulação de partidos políticos de esquerda e progressistas, diante da queda do Muro de Berlim e da derrocada da União Soviética, em plena vigência do ideário do Consenso de Washington, parecia que todos os nossos sonhos se haviam destruído.

A ideia visionária desses dois líderes de construir uma plataforma política anti-imperialista e anti-neoliberal, com alto grau de consenso e de unidade, parecia uma utopia que jamais poderíamos alcançar como movimentos políticos de esquerda e progressistas, tendo em vista o futuro da humanidade.

Quero aqui fazer um parêntese, uma homenagem a um homem, que nasceu brasileiro, mas que se tornou um homem com alma profundamente latino-americana, que dedicou parte expressiva de sua vida à construção do Foro de São Paulo, MARCO AURELIO GARCIA, que perdemos há cerca de um ano, ao final do Encontro de Manágua. A ele dedico minhas homenagens nesta abertura. Marco Aurélio, PRESENTE!

Como eu dizia, naqueles tempos, essas ideias visionárias desses dois líderes, Fidel e Lula, pareciam utopia. No entanto, ao longo dos anos, a ideia de uma América Latina e Caribe soberana, integrada, com desenvolvimento econômico e social para todos e todas, se mostrou possível e verdadeira.

Desde Chávez, em 1998, começamos a construir uma alternativa concreta e real de um novo presente e de um auspicioso futuro: uma América Latina e Caribe emancipada e autônoma, um novo polo geopolítico mundial guiado pelos ideais da igualdade, da soberania, do desenvolvimento anti-neoliberal e anti-imperialista. Assim, fortalecemos o Mercosul, criamos a UNASUL com seu importante Conselho de Defesa, a Alba, o Petrocaribe, e finalmente a CELAC, com sua proclamação de uma América Latina e Caribe como zona de paz.

Hoje, assim como nos anos 90, vivemos de novo sob os efeitos de uma brutal ofensiva multifacetada imperialista e neoliberal, com guerras econômicas, tentativas de desestabilização, golpes judiciais e parlamentares, guerra midiática e violência.

É claro que se pode dizer que muito do que estamos vivendo se deve aos nossos próprios erros e incompreensões.

No entanto, é indiscutível que há uma reação do capitalismo mundial em sua forma mais selvagem frente a nossas conquistas e logros, com alto grau de concentração de capital das transnacionais, sob a hegemonia do capital financeiro internacional rentista, inclusive como uma tentativa da crise mundial do capitalismo que, desde 2008, se arrasta sem que se vislumbre sua solução a curto ou médio prazo.

Assim, nossa região, com nossas riquezas naturais, nossa água, nosso petróleo, nossos recursos minerais, nossos quase 500 milhões de habitantes se constituem em objeto da sanha imperialista do capital transnacional e rentista. Sanha que tem como seu núcleo hegemônico o governo estadunidense aliado às oligarquias nacionais de nossos países.

Por meio de múltiplos instrumentos, nos tentam destruir: com violência, guerras econômicas e golpes. Mas como dizia José Marti, em uma citação que abre o documento base deste XXIV Encontro, “em política, resistir vale tanto como arremeter”.

Há um ano atrás, quando estávamos no Encontro do Foro em Manágua, Venezuela preparava as eleições para a Assembleia Constituinte sob forte ataque. Não somente a elegeu, colocando o povo no protagonismo do processo, como também o Presidente Maduro conquistou uma vez mais a presidência da república com uma rotunda vitória nas eleições deste ano, com o povo venezuelano renovando sua confiança militante na Revolução Bolivariana.

Nossa presidenta Dilma, nossa legítima presidenta da república do Brasil, foi arrancada do governo sob acusações mentirosas e falsas, e hoje é reconhecida como uma mulher honesta e comprometida com seu povo que sofreu um golpe perpetrado por parlamentares corruptos e anti-povo. Não é à toa que o governo golpista de Temer tem o menor índice de aprovação da história brasileira, com menos de 5% de aprovação. Nosso querido presidente Lula, que, sendo inocente, se encontra encarcerado por um processo judicial sem crimes e sem provas, apenas para tentarem impedi-lo de candidatar-se e tornar-se de novo nosso presidente do Brasil. Encarcerado há cem dias, e segue com os mais altos índices de intenções de votos nas pesquisas de opinião.

O povo argentino segue firme lutando em mobilizações e marchas multitudinárias contra o governo neoliberal de Macri. Eu poderia seguir com muitos outros exemplos de luta de resistência, como a luta em El Salvador contra as tentativas de golpe contra o governo do presidente Salvador Sanchez Cerén liderada pela FMLN, a resistência às tentativas de desestabilização da Nicarágua liderada pela FSLN, os massivos protestos do povo de Honduras à fraude eleitoral das últimas eleições, assim como no Paraguai.

Mas na nossa região não existem apenas exemplos de lutas de resistência, há vitória expressivas que nos enchem de alegria e de esperança, como a vitória de Andrés Manoel Lopez Obrador no México, com uma plataforma claramente anti-neoliberal e contra a corrupção das oligarquias naquele país. Assim como na Colômbia, com os melhores e promissores resultados eleitorais da esquerda progressista naquele país. Como não falar da estupenda Revolução Cubana, onde uma pequena ilha a 90 milhas do gigante imperialista segue construindo uma sociedade justa e igualitária, sob o mais criminoso bloqueio econômico promovido pelo imperialismo há quase 60 anos.

Também na Bolívia, com o nosso irmão o Presidente Evo Morales que conduz um país que cresce em média a 5% ao ano há mais de 8 anos, distribuindo renda e garantindo direitos a seu povo. A Frente Ampla no Uruguai, que há mais de 10 anos constrói uma sociedade de inclusão social, soberana e libertária.

Não, não se trata de ignorar nossos problemas, menosprezar nossas dificuldades, os desafios que seguimos enfrentando e os ataques que sofremos. Trata-se de reconhecer que temos todas as condições de resistir e de avançar.

Para isso, creio que XXIV Encontro do Foro tem uma importância transcendental. Tenho a ousadia de repetir um comentário do comandante Balagher, em um encontro de alguns dias atrás: este XXIV Encontro pode ter a mesma importância histórica dos encontros que fizemos nos anos 90 quando da queda do Muro de Berlim.

Guiados pelo mais profundo compromisso com a construção de nossa unidade, pelo mais profundo compromisso com a luta anti-imperialista e anti-neoliberal, guiados pelas fortes e consistentes ideias do Consenso de Nossa América, consolidado em Manágua no ano passado, e sob o mais profundo enlace com o povo e os movimentos sociais e populares, tenho a convicção de que VENCEREMOS!

¡Hasta la victoria, siempre!

¡Viva Fidel!

Lula Livre!

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