El PCE condena el golpe de estado contra la democracia en Brasil
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Secretaría General del PCE / 01 sep 16
El Partido Comunista de España denuncia el golpe de estado parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff elegida hace dos años por 54 millones de personas y destituida ayer por 61 senadores y contra las bases de la democracia.
El acceso al gobierno que los partidos de la oligarquía no consiguieron en las urnas lo toman ahora por la puerta de atrás, en la cresta de la ola de la ofensiva imperialista desatada contra los pueblos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe. Forma parte de los llamados golpes blandos que ya no necesitan las Fuerzas Armadas para destituir presidentes. Se han acogido a un mecanismo administrativo para deshacerse de la presidenta Rousseff y del gobierno progresista del Partido de los Trabajadores, que con otras fuerzas de izquierda gobernaba el país desde hace 13 años. Una farsa en la que no se descubrió ningún indicio de corrupción por parte de la presidenta Rousseff pero que sirve para cambiar radicalmente la economía dirigida a proteger a los más desfavorecidos por una política de recortes presupuestarios y privatizaciones de los servicios, en un país con codiciados recursos energéticos por explotar, y una política exterior que refuerza las relaciones con Estados Unidos.
Antes ya cambiaron los gobiernos democráticos de Fernando Lugo en Paraguay y el de Manuel Zelaya en Honduras. Hoy consolidan el golpe en Brasil, el país más grande de América Latina con 200 millones de habitantes, miembro activo de la integración regional y de la creación del ALBA, la CELAC, UNASUR o del Mercosur. Brasil es también uno de las cinco potencias emergentes de los BRICS que cuestionan la hegemonía estadounidense dibujando un mundo multipolar.
Con este golpe contra el pueblo y el gobierno brasileño, unido a la sostenida desestabilización golpista contra el gobierno de Maduro en Venezuela, que tendrá un punto álgido hoy 1 de septiembre con la llamada “toma de Caracas” organizada por los partidos de la oligarquía venezolana se ataca no sólo a los gobiernos de izquierdas sino a la estabilidad regional y a los avances de la integración en el continente.
El Partido Comunista de España se solidariza con el pueblo brasileño, con Dilma y con Lula y confía en que las mayorías sociales puedan defender las conquistas logradas y hacer triunfar de nuevo la democracia en unos momentos de dura contraofensiva imperialista en el continente.