FSP: Solidariedade irrestrita ao povo brasileiro contra o golpe

Solidariedade irrestrita ao povo brasileiro contra o golpe em curso

Desde que, em outubro de 2014, mais de 54 milhões de brasileiros reelegeram Dilma Rousseff presidenta da República, o Brasil assiste a uma feroz ofensiva da direita contra a democracia.

O aparato midiático empresarial, o mesmo que sustentou o regime militar, redobrou a guerra de propaganda a serviço da oposição conservadora.

Diuturnamente, o grosso dos jornais, rádios e TVs, faziam massacrante propaganda contra o governo e a presidenta Dilma.

A crise econômica, na versão da mídia, passou a ser um problema exclusivamente brasileiro e não um fenômeno mundial.  O justo e necessário combate à corrupção foi instrumentalizado com fins políticos, através de uma aliança espúria entre setores do aparelho policial e judicial comprometidos com os planos golpistas. Seletividade nas acusações e atropelo às normas constitucionais se tornaram rotina, no vale tudo para atingir o governo da presidenta Dilma Rousseff e criminalizar importantes lideranças de esquerda, como o ex-presidente Lula.

Mesmo com tudo isso, o impedimento de um presidente eleito, para obedecer ao que determina a Constituição, necessita da existência de comprovado crime de responsabilidade.

Não havendo crime nenhum do que se acusar a presidenta Dilma Rousseff, recorreram ao falso argumento do que seria o uso indevido de um mecanismo contábil da União, anteriormente acionado por todos os presidentes que a antecederam, e com base nisso promovem o golpe contra a democracia.

Desde 12 de maio a presidenta Dilma Rousseff encontra-se afastada de suas funções. Em seu lugar assumiu o vice-presidente Michel Temer, que governa liderando uma coalizão que reúne o que existe de mais reacionário e corrupto na política brasileira.

Os primeiro atos do presidente interino revelam com toda a nitidez a agenda daqueles que sustentam e financiam o golpe: as forças políticas reacionárias, de dentro e de fora do país, e o chamado “mercado”, notadamente o rentismo, o capital financeiro.

Daí emerge a pauta cortante e certeira contra os direitos e conquistas que o povo alcançou nos governos do ex-presidente Lula e da presidenta eleita, ora afastada, Dilma Rousseff.

Direitos trabalhistas históricos estão sob real ameaça.

O sentido geral das medidas do governo interino é drenar mais e mais riqueza, mais e mais recursos públicos, para assegurar ganhos astronômicos aos especuladores e rentistas.

Outro alvo do governo usurpador é o processo de integração latino americana. O chanceler interino, José Serra, em seu discurso de posse, orienta claramente o que chama de “nova diplomacia brasileira” para a velha lógica do alinhamento subalterno aos EUA e à União Europeia.

O golpe tem seu desfecho previsto para agosto, quando o Senado dará o veredicto final, ou absolvendo a presidenta e a restituindo em suas funções ou fazendo vitorioso o plano golpista.

Se o governo interino permanecer, as consequências decorrentes virão a galope. Por um lado, uma nova onda de privatizações do patrimônio público, combinada com a subordinação do Estado brasileiro aos interesses privados, o que incluí a entrega da riqueza do pré-sal brasileiro às multinacionais. Por outro, o povo será “sangrado”, com o fim da destinação obrigatória de recursos para importantes programas sociais.

No entanto, Temer enfrenta também grandes dificuldades. Com pouco mais de um mês de governo três ministros foram obrigados a renunciar acusados de corrupção e cresce a mobilização contra o golpe enquanto se desmascaram suas verdadeiras motivações.

O Foro de São Paulo expressa ao povo brasileiro irrestrita solidariedade por sua luta em defesa da democracia e soma sua voz a todos aqueles que, pelo mundo, exigem a volta da legítima presidenta eleita, Dilma Rousseff.

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El XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo, reunido en la Ciudad de San Salvador, El Salvador, Centroamérica, los días del 23 al 27 de junio de 2016, aprobó la siguiente Resolución de Solidaridad irrestricta al pueblo brasileño contra el Golpe en curso, sobre la base de las siguientes consideraciones:

Desde que, en Octubre de 2014, más de 54 millones de brasileños reeligieron a Dilma Rousseff presidenta de la República, Brasil ha enfrentado una feroz ofensiva de la derecha contra la democracia. El aparato mediático empresarial, el mismo que apoyó el régimen militar, redobló la guerra de propaganda al servicio de la oposición conservadora.

Diariamente, la mayor parte de los periódicos, radio y televisión, cometen una abrumadora propaganda contra el gobierno de la presidenta Dilma. La crisis económica, en la versión de los medios, pasó a ser un problema exclusivamente brasileño y no un fenómeno mundial.  El justo y necesario combate a la corrupción fue instrumentalizado con fines políticos, a través de una alianza espuria entre sectores del aparato policiaco y judicial comprometido con los planes golpistas. La selectividad en las acusaciones y el atropello a las normas constitucionales se tornaron rutina, con el objeto de tomar el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y de criminalizar a importantes líderes de izquierda, como el expresidente Lula.

Aún con todo eso, la separación del mandato de un presidente electo, según lo dicta la Constitución, necesita de la existencia comprobada de un crimen de responsabilidad. No existiendo crimen de responsabilidad alguno del cual acusar a la presidente Dilma Russeff, recurrieron al falso argumento que sería el uso indebido de un mecanismo contable de la Unión, anteriormente accionado por otros presidentes que la antecedieron, y con base en ello promueven el golpe contra la democracia.

Desde el 12 de mayo la presidenta Dilma Rousseff se encuentra separada de sus funciones. En su lugar asumió el vicepresidente Michel Temer, que gobierna liderando una coalición que reúne lo más reaccionario y corrupto de la política brasileña. Los primeros actos del presidente interino revelan con toda nitidez la agenda de aquellos que sustentan y financian el Golpe: las fuerzas políticas reaccionarias de dentro y fuera del país, y el llamado “mercado”, notablemente el rentista, así como el capital financiero.

De ahí surge la agenda aguda y precisa contra los derechos y conquistas que el pueblo alcanzó en los gobiernos del ex presidente Lula y de la presidenta electa, ahora separada de su cargo, Dilma Rousseff. Derechos laborales históricos se encuentran bajo una amenaza real.

El sentido general de las medidas del gobierno interino es drenar más y más la riqueza, los recursos públicos, para asegurar ganancias astronómicas a los especuladores y rentistas.

Otro de los objetivos del gobierno usurpador es atentar contra el proceso de integración latinoamericano. El canciller interino, José Serra, en su discurso de toma de posesión, se orienta claramente a lo que llama “nueva diplomacia brasileña” para referir a una vieja lógica de alineamiento subalterno a los Estados Unidos y a la Unión Europea.

El Golpe tiene previsto el desenlace del proceso para agosto, cuando el Senado dará el veredicto final, sea absolviendo a la presidenta y restituyéndola en sus funciones, o haciendo victorioso el plan golpista.

Sí el gobierno interino permanece, las consecuencias vendrán al galope. Por un lado, una nueva ola de privatizaciones del patrimonio público, combinada con la subordinación del Estado brasileño a los intereses privados, lo que incluye la entrega de la riqueza del presal brasileño a las multinacionales. Por otro lado, el pueblo será “desangrado”, con el fin del destino obligado de los recursos de importantes programas sociales.

Sin embargo, Temer enfrenta también grandes dificultades. Con poco más de un mes de gobierno, tres Ministros fueron obligados a renunciar acusados de corrupción, y la movilización contra el Golpe crece en tanto se desenmascaran sus verdaderas intenciones.

El Foro de São Paulo expresa al pueblo brasileño su irrestricta solidaridad por su lucha en defensa de la democracia y suma su voz a todos aquellos que alrededor del mundo, exigen el regreso de la presidenta legítimamente electa, Dilma Rousseff.

NO AL GOLPE

Dado en San Salvador, El Salvador, Centroamérica