Resolução do PT em defesa da soberania nacional

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Ricardo Stuckert

"Vou recuperar a soberania do povo", diz Lula

Resolución del PT en defensa de la soberanía nacional

La defensa de la soberanía nacional siempre ha sido uno de los pilares de la actuación del Partido de los Trabajadores. Es una responsabilidad que asumimos no como una idea abstracta sino como política activa que impacta directamente en la cotidianidad del pueblo brasileño y determina el futuro del país.

Actuamos por un nuevo orden internacional basado en el multilateralismo y en la defensa de la paz. Adoptamos una política exterior altiva y activa, creamos una política de Defensa Continental, actuamos por la integración entre los países de América Latina y el Caribe, construimos nuevas relaciones con África, con el Oriente Medio y participamos de la creación de los BRICS.

Actuando de manera soberana, nuestros gobiernos fortalecieron la agricultura, la industria y el sector de servicios ampliando la presencia brasileña en los mercados internacionales. Creamos tecnología para explotar el Pre Sal. Nos liberamos de las imposiciones del FMI y actuamos con firmeza en los foros globales sobre economía, comercio, derechos humanos y medio ambiente. Creamos nuestra política de Defensa al mismo tiempo en que actuamos por la paz.

Esa actitud fue esencial para el crecimiento de la economía, la creación de 20 millones de empleos y el aumento de la renta que ha sacado 36 millones de brasileños de la pobreza extrema y ha elevado el padrón de vida de más de 40 millones de personas. Fue de cabeza erguida, defendiendo nuestro territorio, nuestros derechos e intereses que Brasil pasó a ser respetado en el mundo como nunca antes.

El golpe del impeachment de 2016 tuvo como objetivo revertir esas conquistas comenzando por la entrega del Pre Sal y el desmontaje de la Petrobras que tuvo consecuencias nefastas como el aumento de los precios de los combustibles, especialmente del gas de cocina que se ha vuelto inaccesible para los más pobres.

Esa política antinacional fue profundizada por el gobierno Jair Bolsonaro que humilló a su pueblo esta semana en su paso por los Estados Unidos, país al cual presta sumisión canina, llegando a pararse firme y saludar con ademán militar a la bandera, como todos se recuerdan.

Comenzando por la exención de visa para la entrada de ciudadanos estadunidenses y de otros tres países sin la necesaria reciprocidad para ciudadanos brasileños, los acuerdos firmados por Jair Bolsonaro con el gobierno de los EEUU entregan intereses estratégicos de Brasil a cambio de nada.

Bolsonaro abrió expresiva cuota de importaciones de trigo de los EEUU, perjudicando los productores brasileños. Abrió las puertas de Brasil para compra de cerdos de aquél país que, además de la competencia desleal con los brasileños, hay el riesgo sanitario que puede comprometer nuestro rebaño.

Abrió mano de los derechos que duramente hemos conquistado en la Organización Mundial del Comercio al mismo tiempo en que imploró apoyo a la entrada de Brasil en la OCDE donde no tendremos la menor probabilidad de construir acuerdos equilibrados además de volver a someter nuestras políticas económicas a imposiciones externas.

También imploró por la entrada del país en la OTAN que tendría como única consecuencia la apertura de nuestro territorio para la instalación de bases militares extranjeras. Y desde ya entregó a los EEUU la base de Alcántara, abriendo mano de una de las más codiciadas posiciones geográficas para lanzamiento de satélites en todo el mundo.

Bolsonaro somete a Brasil a los intereses económicos y políticos del gobierno de Donald Trump. Se une a él en el proyecto de guerra en Venezuela y en la irresponsable transferencia de la embajada de Brasil en Israel para Jerusalén. Comportase pasivamente ante las negociaciones comerciales de los EEUU con terceros países que perjudican gravemente la economía brasileña. Transforma aliados en enemigos.

El PARTIDO DE LOS TRABAJADORES luchará en el Congreso, en el Judiciario y en las calles contra todos los acuerdos firmados por Bolsonaro que perjudican nuestro país, entregan nuestras riquezas y comprometen la paz. Bolsonaro no es dueño de Brasil para entregarlo a los EEUU como si volviéramos a los tiempos de la colonia.

Defender la soberanía nacional es defender el pueblo brasileño.

Brasília, 23 de marzo de 2019.

Dirección Nacional del Partido de los Trabajadores


PT resolution in defense of national sovereignty

The defense of national sovereignty has always been one of the pillars of the Workers’ Party. We assumed the responsibility not as an abstract idea but also as an active policy that reflects directly on the daily lives of the Brazilian people and determines the future of the country.
 
We acted for a new international order based on multilateralism and the defense of peace. We have adopted a haughty and active foreign policy, created a Continental Defense policy, worked for the integration of the countries of Latin America and the Caribbean, built new relations with Africa, the Middle East, and participated in the creation of the BRICS.
 
Acting sovereignly, our governments have strengthened agriculture, industry and the service sector, expanding Brazil’s presence in international markets. We created technology to explore the pre-salt. We got rid of IMF impositions and acted firmly in the global forums on economics, trade, human rights, and the environment. We created our Defense policy at the same time we work for peace.
 
This attitude was essential for the growth of the economy, the creation of 20 million jobs, and the increase in income, which took 36 million Brazilians out of extreme poverty and raised the standard of living of more than 40 million people.
 
The 2016 impeachment coup aimed to reverse these achievements, starting with the delivery of the pre-salt and the dismantling of Petrobras, which had disastrous consequences as rising fuel prices, especially cooking gas that has become inaccessible to the poorest.
 
The government Jair Bolsonaro, who humiliated the Brazilian people this week in its passage by the United States, to which country he provides canine subservience, reaching salute to the US flag, as everyone remembers, deepened this anti-national policy.
 
Starting with the exemption from visa requirements for entry of US citizens and other three countries, without the necessary reciprocity for Brazilian citizens, the agreements signed by Jair Bolsonaro with the US government deliver strategic interests in Brazil in exchange for nothing.
 
Bolsonaro opened a significant share of wheat imports from the United States, damaging Brazilian producers. It opened the doors of Brazil to purchase pigs from that country, which, in addition to unfair competition with Brazilians, it matters in terms of sanitary risk that can compromise our herd.
 
He relinquished the rights we bargained for in the World Trade Organization, at the same time as he implored support for Brazil’s entry into the OECD, where we will have no chance to build balanced agreements, and once again, he resubmits our economic policies to external impositions.
 
Also begged for the country’s entry into NATO, which would have the sole effect of opening our territory for the installation of foreign military bases. In addition, he has already delivered the Alcantara base to the United States, giving up one of the most coveted geographic locations to launch satellites around the world.
 
He also begged for Brazil’s entry into NATO that would have as an only consequence the opening of our territory for the installation of military bases from foreign countries. In addition, from now on he delivered the Alcântara base to the United States, giving up one of the most coveted geographic positions to launch satellites around the world.
 
Bolsonaro submits Brazil to the economic and political interests of the government of Donald Trump. He allies to Trump in the project of war in Venezuela and in the irresponsible transfer from the Brazilian embassy in Israel to Jerusalem. He behaves passively in the face of US trade negotiations with third countries that seriously damage the Brazilian economy. He transforms partners into enemies.
 
THE WORKERS’ PARTY will fight in Congress, in the Judiciary and in the streets against all agreements signed by Bolsonaro that harm our country, surrender our wealth and compromise peace. Bolsonaro does not own Brazil to deliver it to the United States as if we were returning to colonial times.
 
Defend national sovereignty is to defend the Brazilian people.
 
Brasília, March 23, 2019.
 
Workers’ Party National Committee

PT Cast